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LA HISTORIA DE WASAO

INTRODUCCIÓN

En el corazón de la prefectura de Aomori, en la ciudad de Ajigasawa, se encuentra una historia que ha conmovido a miles de personas tanto en Japón como en el mundo entero. La historia de Wasao, un perro de raza Akita que pasó de ser un animal abandonado a convertirse en un ícono cultural, refleja la profunda relación que puede existir entre humanos y animales, así como el poder transformador del amor y la empatía.

 

¿QUIÉN FUE WASAO?

Wasao era un perro de raza Akita, una raza japonesa conocida por su lealtad, fortaleza y belleza imponente. Sin embargo, lo que hacía a Wasao realmente especial no era solo su raza, sino su aspecto peculiar: era enorme, desaliñado y tenía un pelaje blanco muy esponjoso. Su apariencia desordenada y su aspecto algo descuidado le valieron el apodo local de "busa kawaii", que significa "feo pero lindo". Este apodo refleja cómo la comunidad lo aceptó tal cual era, valorando su carácter más allá de su apariencia física.

 

Su historia comenzó cuando fue abandonado por su dueño en Ajigasawa. La pérdida de su hogar fue un golpe duro para él, pero también marcó el inicio de una transformación que cambiaría muchas vidas.

 

EL ENCUENTRO CON SETSUKO KIKUYA

Un día, Wasao llegó a una tienda de calamares a la parrilla regentada por una mujer llamada Setsuko Kikuya. Aunque inicialmente Setsuko no era amante de los perros —como muchas personas—, la ternura y personalidad única de Wasao lograron conquistarla poco a poco. Ella empezó a cuidarlo con cariño y dedicación.

 

Desde ese momento, Wasao dejó de ser solo un perro callejero para convertirse en una figura querida en la comunidad. Su presencia en la tienda atrajo a numerosos turistas que viajaban expresamente para verlo y tomarse fotos con él. La popularidad creció tanto que fue nombrado embajador turístico de Ajigasawa, ayudando a promover el turismo local y poniendo al pequeño pueblo en el mapa.

 

UN ICONO CULTURAL Y MEDIÁTICO

El impacto de Wasao trascendió las fronteras locales. Su historia fue recogida en libros, documentales e incluso protagonizó una película japonesa titulada 「わさお」 (Wasao), estrenada en 2011. En esta película, Wasao actuó haciendo de sí mismo —una muestra del cariño y respeto que generaba— consolidando aún más su estatus como símbolo regional.

 

Su historia también sirvió para sensibilizar sobre temas relacionados con el abandono animal y la importancia del cuidado responsable. La imagen del perro gigante, desaliñado pero lleno de carácter, se convirtió en un ejemplo vivo del valor que tienen los animales en nuestras vidas.

 

LA DESPEDIDA Y LEGADO

Lamentablemente, Setsuko Kikuya falleció en 2017. Sin embargo, la comunidad no permitió que la historia terminara allí. Los vecinos se unieron para seguir cuidando a Wasao hasta su muerte en 2020. La unión comunitaria para protegerlo refleja cómo los animales pueden convertirse en parte fundamental del tejido social cuando reciben amor y atención.

 

Pero quizás uno de los gestos más emotivos ocurrió después: en octubre de 2021, Ajigasawa inauguró una estatua dedicada a Wasao. La escultura muestra su pelaje esponjoso con cariño y lleva una placa que dice: "ありがとう わさお" ("Gracias, Wasao"). La estatua se ha convertido en un lugar emblemático donde turistas y locales acuden para rendirle homenaje y recordar esa historia llena de amor incondicional.

La historia del perro Akita nos enseña varias lecciones importantes:

 

  • El valor del amor incondicional: A pesar del aspecto desaliñado o las circunstancias difíciles, el cariño puede transformar vidas.
  • La importancia del cuidado responsable: La comunidad supo valorar a Wasao más allá de su apariencia física; esto resalta cómo debemos tratar a todos los seres vivos con respeto.
  • El poder simbólico: Como embajador turístico y símbolo cultural, Wasao ayudó a promover valores positivos como la empatía y la solidaridad.
  • Segundas oportunidades: Su vida demuestra que nunca es tarde para encontrar una nueva familia o propósito.

CONCLUSIÓN

La historia de Wasao es mucho más que la anécdota adorable sobre un perro callejero; es un ejemplo inspirador sobre cómo los animales pueden convertirse en símbolos culturales que unen comunidades y transmiten valores universales. En Japón, historias como las de Tama —la gata jefa de estación— o ahora la leyenda viviente que fue Wasao muestran cómo el amor genuino puede transformar vidas humanas y animales por igual.

 

Hoy día, cada vez que visitamos Ajigasawa y vemos su estatua con esa expresión tan característica, recordamos que detrás de cada criatura hay una historia digna de ser contada —una historia llena de esperanza, amor y conexión verdadera entre especies.

Posted in: PERROS

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