INTRODUCCIÓN

La esporotricosis es una enfermedad causada por el hongo Sporothrix schenckii, un microorganismo presente en el suelo, en la vegetación en descomposición y en materiales orgánicos contaminados. Aunque puede afectar a diversas especies, los gatos son especialmente susceptibles y actúan como importantes transmisores. Se trata de una zoonosis, lo que significa que puede pasar a los humanos, por lo que conocer sus formas de presentación y los cuidados necesarios es fundamental para prevenir complicaciones y contagios.

FORMAS DE PRESENTACIÓN CUTÁNEA LOCALIZADA

La forma más habitual de esporotricosis en animales es la cutánea localizada. En esta etapa aparecen una o varias lesiones nodulares rojizas en la piel. Con frecuencia, estas lesiones pueden ulcerarse y liberar secreciones contaminadas con el hongo. Aunque suele ser una manifestación inicial, es imprescindible actuar rápido: el tratamiento temprano mejora notablemente el pronóstico.

FORMA CUTÁNEA LINFÁTICA

Cuando la infección no se controla, progresa hacia la forma cutánea linfática. En este estadio se observan úlceras más extensas que siguen el trayecto de los vasos linfáticos, formando una cadena de nódulos. Es una señal de que el hongo ha avanzado por el sistema linfático del animal. Esta evolución indica un cuadro más grave que requiere intervención veterinaria urgente, especialmente en gatos, que pueden transmitir la infección por arañazos o mordeduras.

FORMA CUTÁNEA DISEMINADA

La forma cutánea diseminada representa el escenario más severo. Aquí las lesiones cutáneas aumentan en número y extensión, comprometiendo amplias áreas del cuerpo. Además, puede aparecer la forma extracutánea, en la que el hongo invade articulaciones, huesos, pulmones u otros órganos, pudiendo causar un deterioro generalizado de la salud del animal. Es un cuadro potencialmente mortal si no se trata de manera adecuada y prolongada.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Dado que las lesiones de la esporotricosis pueden parecerse a otras enfermedades, el diagnóstico diferencial es esencial. Deben descartarse otras infecciones fúngicas o bacterianas, así como neoplasias (tumores). Solo con pruebas específicas, como citologías, cultivos fúngicos o biopsias, es posible confirmar el diagnóstico y establecer un plan de tratamiento seguro para el animal y para las personas que conviven con él.

CONCLUSIÓN

La esporotricosis es una enfermedad seria, con capacidad de transmisión a humanos y con distintas formas clínicas que pueden variar desde lesiones cutáneas leves hasta compromisos sistémicos graves. Reconocer sus manifestaciones, buscar atención veterinaria temprana y aplicar medidas de prevención —como evitar el contacto con heridas y mantener una buena higiene— son acciones clave para proteger a los animales y a sus cuidadores. Con un manejo adecuado, la enfermedad puede tratarse con éxito y reducirse su impacto en la salud pública.