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GATOS EN EL ANTIGUO EGIPTO
Los gatos ocupan un lugar destacado en el imaginario del Antiguo Egipto. Su elegancia, su habilidad como cazadores y su comportamiento enigmático hicieron que esta civilización los considerara criaturas especiales, asociadas tanto a la protección del hogar como a las divinidades.
GATOS
11/28/20253 min leer


INTRODUCCIÓN
Los gatos ocupan un lugar destacado en el imaginario del Antiguo Egipto. Su elegancia, su habilidad como cazadores y su comportamiento enigmático hicieron que esta civilización los considerara criaturas especiales, asociadas tanto a la protección del hogar como a las divinidades. Más allá de la imagen romántica de “gatos adorados”, existía un vínculo simbólico, religioso y práctico profundamente arraigado en la vida cotidiana. Este artículo analiza el papel del gato en la sociedad egipcia, su relación con los dioses, su importancia doméstica y cómo llegó a convertirse en uno de los animales más icónicos de la antigüedad.
EL ORIGEN DE LA RELACIÓN ENTRE LOS EGIPCIOS Y LOS GATOS
La domesticación del gato en Egipto se remonta aproximadamente al 2000 a.C., cuando los felinos salvajes africanos —Felis lybica— comenzaron a acercarse a los asentamientos humanos atraídos por los roedores.
Los egipcios observaron rápidamente su utilidad:
Controlaban ratas y ratones, plagas peligrosas para los granos y alimentos almacenados.
Protegían los cultivos al cazar serpientes y otras amenazas.
Su comportamiento tranquilo y su independencia los hicieron excelentes animales domésticos.
Con el tiempo, este vínculo práctico se volvió espiritual.
LOS GATOS COMO PROTECTORES DEL HOGAR
En el hogar egipcio, el gato era símbolo de:
Protección contra animales peligrosos
Armonía familiar
Fertilidad y buena fortuna
Su presencia se consideraba un augurio de prosperidad. Incluso hay registros de familias que lloraban profundamente la muerte de sus gatos y se afeitaban las cejas en señal de luto.
Además, era común verlos representados en amuletos y pequeñas esculturas destinadas a proteger casas, graneros y espacios sagrados.
La figura más importante en la relación entre gatos y religiosidad egipcia es Bastet.
Bastet era diosa de:
La protección del hogar
La fertilidad y la maternidad
La armonía, el placer y la música
La defensa contra enfermedades y malos espíritus
Al principio, Bastet se representaba como una leona, feroz y protectora. Con el paso de los siglos, su iconografía adoptó la forma de un gato doméstico o una mujer con cabeza de gato, reflejando un carácter más amable y protector. Su ciudad principal era Bubastis, donde miles de peregrinos acudían a festivales anuales; allí se han encontrado necrópolis enteras de gatos momificados, colocados como ofrendas a la diosa.
LOS GATOS EN LA RELIGIÓN
Los gatos no solo se cuidaban en vida: muchos eran momificados para acompañar a sus dueños o como ofrendas rituales.
MOTIVOS DE MOMIFICACIÓN:
Servir como ofrenda religiosa a Bastet.
Acompañar a un fallecido como protector en el más allá.
Mostrar devoción espiritual.
Las necrópolis de gatos contienen miles de individuos, cuidadosamente vendados y colocados en tumbas con objetos rituales.
ICONOGRAFÍA Y SIMBOLISMO ARTÍSTICO
Los gatos aparecen en:
Pinturas murales
Amuletos de bronce
Esculturas y figurillas
Joyas
Papiros y relieves funerarios
Simbolizan gracia, orden, equilibrio y la capacidad de mantener el caos (serpientes, roedores) bajo control.
También se les asociaba con la luz del sol debido a su comportamiento y a la forma de sus ojos.
DE SÍMBOLO DIVINO A EMBLEMA CULTURAL ETERNO
En el Antiguo Egipto, el gato llegó a representar:
La unión entre lo doméstico y lo divino
La armonía ideal del hogar
La protección diaria
Su legado sigue vivo hoy: muchas imágenes modernas del “gato egipcio” derivan de estatuillas dedicadas a Bastet, y la popularidad del gato como animal de compañía tiene raíces profundas en esta relación milenaria.
CONCLUSIÓN
Los gatos no solo se cuidaban en vida: muchos eran momificados para acompañar a sus dueños o como ofrendas ritualesLos gatos no eran simplemente mascotas en el Antiguo Egipto: eran guardianes, símbolos de vida y protectores espirituales. Su capacidad para controlar plagas y su carácter enigmático los elevaron a un estatus único entre dioses y humanos.
La mezcla de utilidad práctica, devoción religiosa y valor simbólico explica por qué el gato es, aún hoy, uno de los animales más representativos de aquella civilización.
