ENVÍO GRATIS PARA PEDIDOS A PARTIR DE 39 EUROS. 10% DE DESCUENTO A PARTIR DE 20 EUROS DE COMPRA CON EL CÓDIGO: #HELLOREIS.
EL LADO OSCURO DE LA CASTRACIÓN CANINA
La castración o esterilización es una práctica habitual en veterinaria y con frecuencia se recomienda para evitar camadas no deseadas, disminuir algunos riesgos sanitarios y mejorar la convivencia. Sin embargo, no está exenta de efectos secundarios y en los últimos años numerosos estudios han mostrado que puede implicar determinados riesgos, especialmente cuando se realiza demasiado pronto o sin una valoración individual del animal.
PERROS
11/24/20254 min leer


INTRODUCCIÓN
La castración o esterilización es una práctica frecuente en veterinaria y se suele recomendar para evitar camadas no deseadas, disminuir ciertos riesgos de salud y mejorar la convivencia en algunos casos. Sin embargo, no es un procedimiento completamente inocuo y cada vez más estudios señalan que también puede implicar efectos secundarios, especialmente cuando se realiza de forma temprana o sin valorar las características individuales del perro. Conocer los posibles contras permite tomar una decisión mejor informada y ajustada a cada animal.
PROBLEMAS DE SALUD ASOCIADOS A LA CASTRACIÓN/ESTERILIZACIÓN
ALTERACIONES HORMONALES
La castración elimina la producción de hormonas sexuales como la testosterona, los estrógenos y la progesterona, hormonas que cumplen funciones mucho más amplias que la simple reproducción. Su ausencia puede producir cambios metabólicos, aumentar el apetito, favorecer la ganancia de peso, alterar la distribución de la masa muscular y modificar la calidad del pelaje. En el caso de las hembras, la reducción de estrógenos también puede afectar a la salud de la piel y de las mucosas. Además, estas hormonas desempeñan un papel esencial en el desarrollo esquelético y en ciertos aspectos de la estabilidad emocional, por lo que su falta puede tener repercusiones de carácter tanto físico como conductual.
AUMENTO DE RIESGO DE CIERTOS TIPOS DE CÁNCER
Si bien la castración disminuye la probabilidad de tumores mamarios en hembras y de tumores testiculares en machos, algunos estudios han observado que puede aumentar el riesgo de otros tipos de cáncer cuando se realiza de forma temprana. En razas grandes y gigantes, sobre todo, se ha detectado una mayor incidencia de osteosarcoma, así como incrementos en casos de hemangiosarcoma o linfoma. Esto no significa que la castración cause directamente estas enfermedades, sino que la ausencia de hormonas sexuales influye en determinados procesos corporales que pueden modificar la predisposición natural del animal.
PROBLEMAS ORTOPÉDICOS Y DE CRECIMIENTO
Las hormonas sexuales regulan el cierre de las placas de crecimiento de los huesos, de modo que castrar a un perro antes de que alcance la madurez puede retrasar dicho cierre. Este retraso puede dar lugar a extremidades desproporcionadamente más largas y a una estructura corporal alterada. Como consecuencia, aumenta el riesgo de problemas ortopédicos como la displasia de cadera o la rotura del ligamento cruzado. Debido a ello, en perros de razas grandes o gigantes se suele recomendar esperar a que el animal termine de desarrollarse antes de realizar la cirugía.
INCONTINENCIA URINARIA EN HEMBRAS
Algunas perras esterilizadas pueden desarrollar incontinencia urinaria meses o años después de la cirugía, especialmente cuando la esterilización se llevó a cabo antes del primer celo. Esta condición, conocida como incompetencia del esfínter uretral, provoca pérdidas involuntarias de orina. Aunque suele tener tratamiento, a menudo requiere medicación a largo plazo, lo que representa un inconveniente importante para algunos cuidadores.
AUMENTO DE PESO Y OBESIDAD
Uno de los efectos secundarios más comunes es la tendencia a ganar peso con mayor facilidad. Tras la castración, el metabolismo basal disminuye y el apetito puede aumentar, por lo que, sin un adecuado control alimentario y suficiente ejercicio, la obesidad aparece con facilidad. La obesidad, a su vez, conlleva otros riesgos, como problemas articulares, diabetes, dificultad respiratoria y una disminución general de la calidad de vida.
CAMBIOS CONDUCTUALES Y EMPEORAMIENTO EN PERROS MIEDOSOS
La castración no siempre mejora los problemas de conducta y, en algunos casos, puede empeorarlos. Los comportamientos impulsados directamente por hormonas, como el marcaje, la monta o la búsqueda de hembras, suelen disminuir, pero otras conductas no hormonales, especialmente las vinculadas al miedo, pueden agravarse. La testosterona proporciona cierta estabilidad emocional y seguridad, por lo que su ausencia puede incrementar la inseguridad, la reactividad y los comportamientos defensivos. Esto es especialmente relevante en perros miedosos o ansiosos, donde la castración puede intensificar los problemas en lugar de resolverlos.
RIESGO DE HIPOTIROIDISMO
Algunos trabajos científicos sugieren que los perros castrados presentan una mayor incidencia de hipotiroidismo. La razón exacta no está completamente definida, pero se cree que puede estar relacionada con cambios globales en el sistema endocrino tras la eliminación de las hormonas sexuales. El hipotiroidismo implica síntomas como letargo, aumento de peso, problemas dermatológicos y disminución de la energía, lo que puede requerir tratamiento de por vida.
CAMBIOS EN LA CONDICIÓN FÍSICA Y EL RENDIMIENTO
En perros de trabajo, deporte o alta actividad física, la castración puede ocasionar una disminución en la masa muscular y en el rendimiento general. Esto se debe tanto a cambios hormonales como a la mayor tendencia a ganar peso. Si bien no ocurre en todos los animales, es un aspecto relevante para quienes practican deportes caninos o dependen del rendimiento físico del perro.
CONCLUSIÓN
La castración ofrece beneficios importantes en muchos casos, pero también presenta efectos secundarios que deben valorarse de manera individual. Factores como la edad, la raza, el tamaño, el estado emocional y la salud general del perro influyen en los posibles riesgos. La decisión adecuada es aquella que se toma con información clara y con asesoramiento profesional, tanto del veterinario como, en caso de problemas conductuales, de un etólogo o educador canino cualificado. De este modo es posible determinar si la castración es la mejor opción para cada perro y cuándo es el momento más adecuado para realizarla.
