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EL ABANDONO DOMÉSTICO
La diafanización, también conocida como transparentación, es una técnica de conservación anatómica que permite aclarar o despigmentar los tejidos blandos y pigmentar selectivamente los tejidos mineralizados.
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11/24/20252 min leer


INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de abandono animal, solemos imaginar a un perro dejado en una carretera o a un gato soltado en mitad del campo. Sin embargo, existe una forma de abandono mucho más silenciosa, frecuente y socialmente aceptada: el abandono doméstico. Este ocurre dentro del hogar, cuando los cuidadores descuidan necesidades básicas físicas o emocionales de sus animales, aun sabiendo que sufren. Es un tipo de abandono invisible, pero igual de dañino, que se observa cada día en las calles, en las peluquerías caninas y felinas, y en los consultorios veterinarios.
PROBLEMAS DE SALUD MENTAL
Muchos animales conviven con problemas de salud mental completamente ignorados: ansiedad por separación, agresividad derivada del miedo, fobias intensas, reactividad, estereotipias o estrés crónico. El cuidador sabe que el animal lo pasa mal, que no es un comportamiento “normal”, y aun así no busca ayuda profesional. Frases como “es que es así” o “ya se le pasará” encubren un abandono emocional que deteriora gravemente su calidad de vida.
PROBLEMAS ODONTOLÓGICOS NO TRATADOS
Un caso tristemente frecuente es ver perros o gatos con la boca llena de sarro, dolor, infección o pérdida de piezas dentales… y aun así sus cuidadores se niegan a realizar una limpieza bucal. El animal come con dolor, babea, pierde peso o desarrolla infecciones, pero sigue sin recibir tratamiento. Este abandono también se ve en enfermedades crónicas no controladas, vacunas atrasadas o parásitos persistentes. La falta de atención veterinaria no es falta de recursos: muchas veces es falta de voluntad.
A LA PELUQUERÍA UNA O DOS VECES AL AÑO
Otro ejemplo habitual es llevar al animal a la peluquería apenas una o dos veces al año, pese a que muchas razas necesitan cuidados mensuales por salud e higiene: baños regulares, cepillado, desanudado, limpieza de oídos, recorte de uñas… La consecuencia son capas enmarañadas, piel irritada, dolor al moverse, malas posturas o incluso heridas ocultas bajo el pelo. No es estética: es salud.
OBESIDAD JUSTIFICADA
La obesidad es una forma de maltrato normalizada. Cuando un perro o un gato tiene sobrepeso severo, sufre: articulaciones dañadas, dificultad respiratoria, menor esperanza de vida. Aun así, se escuchan excusas como “le gusta comer”, “es que es muy tragón” o “desde que está castrado es así”. Alimentar sin control, no ofrecer ejercicio adecuado o ignorar las recomendaciones veterinarias es abandonar poco a poco su bienestar.
Lo mismo ocurre con pequeñas mascotas: jaulas sucias, espacios diminutos, sustratos inadecuados, acumulación de heces… convivencias que no cumplirían ni el mínimo de higiene para una vida digna.
CONCLUSIÓN
El abandono doméstico no implica dejar al animal fuera de casa: implica dejar de cuidarlo, ignorarlo, permitir su deterioro físico o emocional y justificarlo con excusas. Es el abandono más aceptado porque ocurre en silencio, bajo el techo del hogar y disfrazado de “cariño”. Reconocerlo es el primer paso para cambiarlo. Cuidar de un animal no es solo alimentarlo: es ofrecerle salud, higiene, atención profesional, educación emocional y un entorno digno. Solo así podremos decir que realmente lo estamos acompañando y no abandonando poco a poco.
